El pasado sábado 4 de julio se
celebró una edición más de este trail “serrano”, un recorrido circular de casi
30 Km con salida y llegada en Montejaque, discurriendo por caminos y pistas
forestales. En mi caso era la primera vez, y además sin experiencia previa en
pruebas de trail con este kilometraje, ya que las que he realizado hasta la
fecha siempre han sido de más de 100 km.
Entre luces de frontales y con
puntualidad inglesa se dio la salida de la modalidad MTB a las 22:15 y quince
minutos más tarde, a corredores y marchadores. El ambiente excepcional, y mucha
gente animando hasta que ya salimos del pueblo, para adentrarnos en pistas de
tierra con un terreno salpicado de pequeñas subidas y bajadas, a lo largo del
camino del Pantano de Montejaque hasta la finca de los Cucaderos en el cruce de
la finca el Quejigal, donde se encontraba el primer avituallamiento. Al
principio llevé un ritmo aproximado de 5´20 min/km hasta llegar al primer
avituallamiento situado en el km 6. La verdad es que la carrera me la planteé
por tramos, como en la UTSB, de manera que al llegar al tercer avituallamiento
(km 18) empecé a hacer la cuenta atrás. Por
cierto, primera carrera en la que participio en que ofrecen…¡sandía!. Como
curiosidad, comentar el vaso metálico que nos entregó la organización a los
participantes para usar en los avituallamientos, ya que los vasos de plástico
estaban limitados a los primeros 50 corredores.
Pasado el primer avituallamiento,
seguimos con 5 kilómetros de ascenso con rampas entre el 4 y el 14% hasta
llegar al puerto de Mercancinas. No sé
si fue por esto, por la cincha de la mochila sobre el estómago o el tragar aire
cada vez que aspiraba del tubo para beber, pero empecé a sentir nauseas y gases,
malestar general que no me abandonó en lo que me quedó de carrera y que no me
permitió ingerir nada de sólido al finalizar.
A partir de ahí hicimos un descenso de 1 km con rampas de
hasta el -23% hasta llegar al segundo punto de control, algo peligroso ya que
aquello ni siquiera se podía calificar de vereda y además estaba repleto de
piedras sueltas, con lo que el riesgo de caídas era muy alto. No obstante,
puedo decir que en esta bajada adelante a tres ciclistas. ¡Qué máquina!.
El siguiente tramo empezaba con una
ascensión, para luego alternar con distintos desniveles y descender por una
cañada hasta el camino del Pantano donde se encontraba el tercer punto de
control y avituallamiento, habilitado además como punto de escape hacia el
pueblo para aquellos que no se encontrasen en condiciones de continuar. Este
tramo es uno de los que más me gustó, ya que tenía muchos toboganes discurriendo
entre estrechos senderos.
De aquí al vaso del pantano en el
que hay un tramo de arena en el cauce principal al pasar por el cañón de los
Castillejos y llaneando hasta llegar a la base del muro de la Presa de los
Cabaleros. Aquí ya me encontraba bastante fatigado, y la arena hacía muy
dificultoso el avanzar, así que decidir andar y guardar las poquitas fuerzas
que me quedaban para el final.
Luego ascensión de 1 km con
pendientes de 26% nos llevará al llano y el cañón de Mures y tras un descenso
con rampas del -20%, donde estuve a punto de
besar el suelo, ya que perdí el equilibrio al meter el pie en un bache. Así
hasta llegar al último avituallamiento, donde me tome un par de aguas
fresquitas y un aquarius, todo de “garrafa”. Le comento a uno de los
voluntarios “ahora empieza la broma” con un poco de ironía, a lo que me
contestó “son sólo 2 km”. Creo que lo dijo para dar ánimos al personal, así que
le sonreí con complicidad porque esta subida ya la he hecho en los 101 y sé que
son el doble.
Total que quedaba la subida a la
ermita, una ascensión con unas rampas de hasta el 28%. Casí ná, y encima de
postre. En plena subida tuve que hacer un par de amagos de parada, ya que iba
justito, y la subida no daba tregua. Me adelantó aquí una pareja a la que volví
a pasar antes de comenzar la bajada del zigzag de la ermita. Eso sí, al llegar
a la carretera, no se veía indicación alguna y como tampoco llevaba ningún corredor
por delante que me orientase, decidí esperar y por tanto perdí lo adelantado.
En el siguiente cruce más de lo mismo, así que me uní al cuarteto que adelanté
en la ermita y no perderme más. Al final entrada en meta entre aplausos, corriendo a buen
ritmo y finalizando en 3h35min. Muy contento, porque me había planteado un máximo
de 4 horas. Posición 58 de la general masculina, entrando con la segunda y tercera clasificada de mujeres.
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