Salir a correr bajo la lluvia, no implica enfermar necesariamente o coger un resfriado. Se trata de disfrutar de una sensación completamente distinta a la habitual. En muchos casos se convierte en una experiencia nueva para muchos corredores.
En mi caso particular, suele ser una agradable sensación el sentir agua fresca cayendo suavemente y rozándome la cara. Me retrotrae a la infancia, cuando disfrutaba metiéndome en el cualquier charco. A cada zancada que doy me siento más conectado que nunca con la madre naturaleza. Me siento más libre.
Si nos ponemos a hablar de la indumentaria, si la lluvia es fuerte, prevemos que va a llover o vamos a estar mucho tiempo bajo el agua, es aconsejable llevar alguna prenda impermeable (por ejemplo, un cortavientos con capucha). Pero ojo, que sea transpirable. Si es solo una llovizna, puede ser más cómodo hasta obviar esta prenda. Respecto a las zapatillas, éstas podrían ser impermeables, o lo menos "respirables", para que no se empapen demasiado rápido. Una zapatilla que cumpla con estas características te va a mantener el pie tibio. No obstante, con todo y ello a veces es difícil.
Lo mejor de todo es cuando vuelves a casa y te regalas una ducha o un baño con agua caliente como recompensa. Si a esto le sumas tomar algún líquido caliente, como un chocolate o una sopa, sentirás que te recompones completamente.
Así que céntrate en disfrutar de la sensación que despierta en ti la lluvia. Olvídate de los ritmos, sobre todo si no estás acostumbrado a entrenar con esta climatología.
Porque correr bajo la lluvia te hace experimentar sensaciones que durante un día de seco, no puedes vivir, así que mi consejo es hacerlo para disfrutar, puedes convertirlo en una experiencia increíble.
Juan José.
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